Los profesionales, en continua formación, tienen un papel de escucha, observación y documentación. Proponen actividades y proyectos partiendo de los intereses de los niños y niñas, entendiendo que la clase es un organismo vivo en continua transformación.
Les ofrecen oportunidades que faciliten el acercamiento a diferentes fenómenos. Planificando experiencias de aprendizaje que favorezcan diferentes conocimientos y habilidades, escogiendo los materiales propicios y que ofrezcan una variedad de experiencias, organizando espacios y tiempos para observar, manipular y reflexionar acerca del entorno y los acontecimientos que en él ocurren y programando las actividades pedagógicas teniendo en cuenta las particularidades y experiencias previas de cada uno de los niños y niñas que forman parte del grupo, tratando siempre de provocar sorpresa y curiosidad en el niño o niña.